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Con sabor local En los años 50 los proyectos apuntaron a una arquitectura más transparente al relacionar la vivienda con la calle y se articuló una característica fundamental: la funcionalidad. "Son casas que continúan siendo austeras, pero sofisticadas en términos de su calidad espacial, de las características de las funciones en cada uno de los aspectos. Se habla de las zonas privadas, la zona social de la casa, la zona de servicios. Son ejemplos que se retoman del "Estilo internacional" proveniente de Europa y los Estados Unidos", agregó Buitrago. Sin embargo, los investigadores tienen la hipótesis de que los arquitectos adaptaron estas tendencias al clima, la brisa, la intensidad de luz constante en Cali que incidieron en la toma de decisiones sobre los diseños, dándoles así una identidad. "Uno puede comparar las viviendas de estilo moderno que se hicieron en Bogotá, Medellín o Barranquilla y descubre que las casas que se hicieron en Cali fueron hechas para responder a las condiciones de la regió n, dando lugar a un proceso pertinente y de alta calidad para este entorno", dijo Buitrago. En la década de 1960, a los arquitectos que habían iniciado los procesos de innovación se les sumaron nuevas camadas de profesionales con propuestas de casas sofisticadas y depuradas en sus diseños. Entre los ejemplos más sobresalientes encontrados por los investigadores figuran tres residencias ubicadas en inmediaciones del monumento a Sebastián de Belalcázar. Una de ellas fue la Casa Arboleda, en la parte alta del barrio Arboledas, sobre un lote con forma de hoja de cuchillo. Diseñada por la firma de arquitectos José de Recassens & Manuel de Vengoechea, " rigurosa en su geometría, tanto en el manejo volumétrico como en planta, adaptándose a partir de desplazamientos ortogonales a la forma del lote", según la investigación. Sin embargo, la residencia ya no existe y en su lugar está un edificio de apartamentos, cómo muchos de los que se han construido en ese sector, que tapan con sus abanicos de hierro y concreto el paisaje y la brisa. Por el contrario, las casas construidas en los 60 mostraron una arquitectura respetuosa del entorno, evitando el impacto sobre el paisaje. Las otras dos residencias que ejemplifican esta tendencia en los 60 son la Casa del Cónsul de Estados Unidos, de los arquitectos chilenos Muñoz & Errázuris que, con su muro de piedra permanece algo descuidada; y la casa de Leo Feldsberg, de los arquitectos Lago & Sáenz, con "una composición limpia y contundente que contrasta con la fuerte pendiente del terreno", según describe el estudio. En los periodos del 50 y 60 entre las diversas firmas que le apostaron a este estilo de arquitectura se puede destacar el trabajo del arquitecto caleño Heladio Muñoz y el chileno Jaime Errázuriz, así como la firma Lago & Saenz, cuyas propuestas no sólo han tenido trascendencia en el plano nacional sino que han sido publicadas por revistas especializadas en Francia e Italia, las cuales valoraron su capacidad de reconocer un estilo internacional para ponerlo en un contexto local. Los años 70 concluyeron con un explosivo desarrollo de la ciudad, generado en parte por las obras que se hicieron para la realización de los VI Juegos Panamericanos que significaron una serie de procesos de cambio en los espacios de la ciudad, no todos positivos. En el plano de las casas modernas, fue una época en la que se dio una cierta transformación de una arquitectura aún más personal y local, en concepto de Buitrago. "Los arquitectos se sentían más libres para hacer propuesta, se trabajaba concientemente incorporando elementos y materiales de la regió n. Un ejemplo de ello es la residencia o mejor el bifamiliar Posada y Saa de 1972, que está en la vía hacia Cristo Rey y una hermosa casa de los arquitectos Enrique Richardson y Libia Yusti, cuyo trabajo en ladrillo es predominante y con una alta calidad en la composició n volumétrica y en el manejo de la topografía". El arquitecto señaló el impacto que este tipo de construcciones tuvieron en el urbanismo de otros sectores sociales. "Es posible encontrar en diversos barrios de clase media que se han retomado estrategias de diseño y acabados referidos en estas casas, reelaboradas en su justa medida. Eso es muy afortunado, pues visto en otras circunstancias, ha sido más evidente la negativa influencia que ha ejercido en todos los estratos sociales la que podría llamar una arquitectura del atiborramiento, en la cual se combinan indiscriminadamente, debido a un poder adquisitivo intempestivo, materiales costosos en formas exageradas e inadecuadas". Patrimonio en peligro Aunque el tema de la arquitectura moderna ha sido estudiada en diversas oportunidades, la investigación realizada por este equipo de arquitectos constituye un aporte a la recuperación de la memoria y el patrimonio de los caleños. Sin embargo el panorama que encierra tiene un tono amargo. Luego de tres años de investigació n, de aproximadamente 80 viviendas que se tenían para explorar, los investigadores solo pudieron incluir 28, por no tener informació n suficiente sobre el resto. "Se trata de una dificultad que no es exclusiva en temas de arquitectura sino que tiene que ver en lo difícil que nos resulta recuperar nuestra historia en todos los campos del conocimiento y la cultura" se lamentó el arquitecto. En nuestra ciudad existe poca informació n documentada sobre su desarrollo urbanístico en el pasado reciente. Muchos arquitectos han perdido sus archivos o los tienen incompletos o sus herederos no los han protegido debidamente. Una de las fuentes más valiosas de informació n que encontraron los investigadores fue la de haber podido contar con el valioso archivo del fotógrafo Otto Moll, quien fue el gran fotógrafo de la arquitectura de Cali. El archivo estuvo custodiado por el señor Pedro Rey, pero ahora está a cargo del Banco de la República en Bogotá. Y es que cuando se aborda el tema de patrimonio en bienes inmuebles las dificultades vienen de todo lado. "En general para los dueños de este tipo de edificaciones el hecho de que sean de valor patrimonial se vuelve un problema", se lamentó Buitrago. De hecho, muchas de estas casas con valor patrimonial del Siglo XX se han perdido. Esto sucedió con: la casa Mejía (1957-58), en el barrio San Fernando, sobre la Carrera 34, de la firma Borrero, Zamorano y Giovanelli, hoy reducida a un parqueadero. La firma de Lago & Saenz hizo en el Refugio, al sur de la ciudad, la Casa Franco en 1955 que hoy está en estado de abandono. "Se le hizo una perversa ampliació n en un segundo piso (la casa era de una sola planta) que no obedece ni a la concepció n espacial ni a las relaciones con su entorno", dijo el arquitecto. Más triste y lamentable es el caso de la casa Dorronsoro, de 1954 también de Borrero, Zamorano y Giovanelli, de magistral diseño y la Casa Castro, diseñada por uno de los más influyentes arquitectos de Colombia: Dicken Castro, quien además es pionero del diseño gráfico en el país. Estaba ubicada en el barrio Santa Mónica, pero sus huellas quedaron borradas. A pesar de contar con planos y documentos fotográficos los investigadores no pudieron establecer en qué lugar exactamente fueron construidas. Todo eso indica el poco conocimiento que se tiene del valor patrimonial de estas construcciones, pues se tiene la idea de que só lo aquello que es precolombino o colonial tiene tal atributo. "Se hace necesario sensibilizar a muchos grupos sociales, empezando por la clase política y los promotores inmobiliarios, que hacer buena arquitectura es igual de fácil que hacerla mal, pero la diferencia está en el impacto que se genera sobre la ciudad; si se pensara de este elemental y obvio modo tendríamos una mejor ciudad en todos los aspectos", reflexionó Buitrago. Pero también hay buenos ejemplos que dan esperanza, como la casa Garcés Córdoba de 1955, diseñada por la firma Bacca & Mondineau, dos arquitectos europeos que residieron un tiempo en Cali, que está siendo restaurada, como también la casa Salcedo Cabal, de los arquitectos Villa & Yusti, de 1937 en San Fernando, perteneciente a la generació n de casas modernas de los años 30 y, cómo no, la Casa Domínguez, la misma que alguna vez fue declarada la casa más fea de Cali, que con su volumétrico cilindro, su torre alta y recta y sus ventanales con barrotes reticulares, continúa intacta en lo alto de la colina de San Fernando, como expresión de la modernidad. En detalle
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Saturday, April 2, 2011
Conozca la Cali del siglo XX a través de su arquitectura.
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