Friday, May 14, 2010

Dinero a montones

Viernes 14 de Mayo de 2010.
Dinero a montones
Portafolio.com.co
Editorial.

A finales de abril, y según cifras de la balanza cambiaria que elabora el Banco de la República, los flujos de Inversión Extranjera Directa en Colombia iban a la par del ritmo del 2008, un periodo en el que se rompieron todas las marcas precedentes.

Eso quiere decir que, de mantenerse la dinámica actual, al cierre del presente año los ingresos por dicho concepto podrían estar cerca o incluso superar los 10.500 millones de dólares de esa época. Semejante suma implicaría una fuerte recuperación frente a lo registrado en el 2009, cuando el total recibido ascendió a 7.201 millones de dólares.

Una cuantía como la proyectada es muy importante, pues no sólo equivale a más del 4 por ciento del Producto Interno Bruto, sino que confirma que el país es ahora uno de los destinos preferidos para el impulso de proyectos productivos en América Latina.

De acuerdo con la Cepal, Colombia ocupó el cuarto puesto en la región el año pasado, por debajo de Brasil, Chile y México, pero por encima de Argentina y Perú. La cantidad ingresada fue de 76.681 millones de dólares, pero la expectativa es que en el 2010 la suma podría ser del 50 por ciento.

La ubicación colombiana en el 'lote' puntero es llamativa si se tiene en cuenta que hasta hace pocos años eran contados quienes llegaban al territorio nacional, debido a las preocupaciones relacionadas con la seguridad. Sin embargo, es evidente que la percepción ha cambiado y que en la medida en que tienden a mejorar las condiciones de orden público, también lo hacen los montos remitidos por los inversionistas foráneos.

Al mismo tiempo que eso ocurre, es igualmente claro que los sectores primarios han vuelto a ser el destino primordial de los recursos. Si hace un par de años el 63 por ciento del dinero se destinaba a las áreas de petróleo, hidrocarburos y minería, en lo que va del presente ejercicio dicha proporción ha subido al 86 por ciento.

Puesto de otra manera, mientras que este rubro pasó de 1.831 millones de dólares entre enero y abril del 2008 a 2.491 millones de dólares en el mismo lapso del 2010, lo invertido en los demás ramos (transporte, comercio, servicios financieros o manufacturas), bajó de 1.055 a 396 millones de dólares.

Esa situación obedece a varias razones. La primera es que el índice de hallazgos exitosos en la exploración petrolera ha generado una gran euforia, pues la zona de los Llanos Orientales está confirmando los prospectos de riqueza que algunos anunciaban hace un tiempo.

Como consecuencia, cada vez más compañías llegan, atraídas además por un esquema atractivo de reglas de juego, que contrasta con la de otras naciones de la región. Si bien hay cuellos de botella en lo que tiene que ver con oleoductos y los crudos pesados que se han encontrado no son tan rentables como los livianos, las perspectivas de precios internacionales hacen interesante cualquier apuesta.

Algo similar ocurre en lo que hace al oro. Tanto las nuevas explotaciones como el cambio de manos en compañías tradicionales que serán sometidas a un salto tecnológico, permiten afirmar que la producción del metal amarillo se duplicará en los próximos años y eso exige recursos cuantiosos.

A pesar de los tropiezos ocasionados por una normatividad que todavía no se ha asentado del todo, el optimismo con respecto a la actividad es grande. En contraste, llama la atención que en otros campos el movimiento sea mucho menor. Parte de las explicaciones radican en que un buen número de las compañías que podían ser atractivas y estaban para la venta ya cambiaron de manos.

Para citar un caso práctico, es conocido que algunos bancos de primera línea desearían tener presencia en el país, pero que no tienen qué comprar. Aunque comenzar desde cero es siempre una opción, eso pocas veces acaba pasando. A este respecto, los conocedores del tema de la inversión extranjera quisieran ver en Colombia más proyectos nuevos, sobre todo con destino a mercados externos y en áreas en las que exista un alto valor agregado.

Pero el despegue en ese frente ha sido lento, algo que por cierto también ocurre en América Latina. Según la Cepal, tres cuartas partes de los recursos que recibe la región llegan a sectores de tecnología baja y media baja, algo en lo cual Colombia parecería pertenecer más a la norma, que a la excepción.

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