Con los programas económicos de Santos y Mockus en la mesa, es hora de cuantificar el efecto que tendrían sobre la economía.
Para conseguirlo, Dinero.com consultó a Diego Gómez, director del Centro de Estudios en Economía Sistémica, Ecsim. El Centro actualiza un modelo enorme de simulación dinámica de la economía colombiana, construido con 3.870 ecuaciones diferenciales y que permite evaluar los resultados a 30 años de diferentes políticas de desarrollo económico.
El modelo de Ecsim lo usan empresas como EPM, ISA y Suramericana, que necesitan hacer planes financieros de plazos muy largos.
¿Todos son iguales?
Para Diego Gómez, el programa Juan Manuel Santos es bastante claro en temas económicos. "Las cinco locomotoras son muy claras", dice. Afirma además que las intenciones manifestadas por Mockus en lo económico no son muy distintas, pero no están puestas en un programa tan detallado como el de Santos.
Sin embargo, destaca una diferencia fuerte entre los dos. "El plan de empresarismo que apoya los emprendimientos y la innovación, es más avanzado en Mockus que en Santos".
A pesar de que ambos van en la misma dirección, el del partido de la U de Santos es más explicito en el apoyo a la innovación en infraestructura, la exportación y el desarrollo minero y energético. El del partido Verde es una solución que Gómez califica como de espectro más amplio para expandir empresas e innovar.
Un elemento crucial para las simulaciones está en definir qué tan profundas serían las reformas de los dos candidatos al régimen laboral, a la salud, a pensiones y a la estructura tributaria. En la orientación de los dos no hay diferencias. "Hoy evaluaba los escritos que tienen el programa de reforma a la salud de los dos. Son prácticamente iguales. Solo tienen las palabras en orden distinto", dice Diego Gómez.
Pero para efectos de las proyecciones eso solamente no garantiza que el resultado sea el mismo. Un elemento que los diferencia es la capacidad de realizar las reformas, y eso depende en buena medida del Congreso.
En eso, Santos tiene sin duda una mayor probabilidad de pasar las reformas porque tiene más apoyo en el congreso. "La representación real de Mockus en el Congreso es mínima", recuerda Diego Gómez.
Con todo, la fuerza en el Congreso no es la única condición para que las proyecciones cambien. También depende del alcance que le quieran dar a las reformas.
"Santos no va a ser de grandes apuestas. Será más conservador. De Mockus se pueden esperara propuestas más innovadoras", sostiene el director de Ecsim. Es la manera políticamente correcta de decir que Santos llegaría a la presidencia con más compromisos, que le impedirían hacer propuestas que afecten intereses de grupos que lo apoyen en una campaña que cada vez se vuelve más complicada para él.
Salomón Kalmanovitz posiblemente formularía una reforma tributaria que recaude 2 puntos del PIB más, que reduzca exenciones y elimine los incentivos al capital. Santos quizás sería más tibio.
La diferencia
Con esos elementos en mente, el equipo de Ecsim puso las variables en su modelo y lo corrió.
El resultado, con reformas más ambiciosas, pero con menos probabilidad de sacarlas de manera expedita, un gobierno de Mockus sería mejor para el país en el largo plazo que uno de Juan Manuel Santos en materia de crecimiento económico. Un gobierno del Partido Verde le daría dos puntos más de crecimiento al país de manera sostenida.
La proyección no supone que haya reelección de ninguno de los dos candidatos, sino que las reformas y la orientación de política no varía sustancialmente desde que dejan el gobierno. ¿Irreal? Quizas, pero es una forma transparente de medir el efecto que generan ambos planteamientos.
En el modelo Ecsim, el único candidato que tendría un efecto abiertamente negativo sobre el crecimiento del PIB sería el de Gustavo Petro. "Piensa, como lo hace toda la izquierda latinoamericana, que en el mundo hay cosas gratis. Que se puede pensar en salud gratuita. En realidad, cuando se dice eso, lo que pasa es que la paga el estado, pero el estado se la cobra a todos", explica. Dice que ese esquema reduce la eficiencia de la economía y de hecho, el modelo Petro tendría tasas de crecimiento negativas en cerca de 5% sostenidamente a partir de 2015.
Lo más interesante de este ejercicio es que el país empiece a pasar de pensar en la lista de las propuestas, a ver el efecto conjunto de todas ellas puestas en acción.
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