Los delitos electorales hace tiempo dejaron de sorprender a los colombianos. Después de cada elección se ha vuelto costumbre la aparición de denuncias sobre irregularidades consideradas "tradicionales". Compra de votos, trashumancia electoral, compra de cédulas, jurados, líderes populares, entre otras, hacen parte de la larga lista. Aunque las pasadas elecciones no fueron la excepción en cuanto a esas prácticas, lo que hasta ahora se está empezando a conocer sobre los recientes comicios para Senado y Cámara hace pensar que éstos pueden llegar a ser considerados los más irregulares en la historia reciente del país. Algo que sin duda es muy grave ya que cuestionaría seriamente la legitimidad de los integrantes del próximo Congreso.
Desde meses antes de las votaciones del pasado 14 de marzo dirigentes políticos y sociales, así como ONG y organismos internacionales, venían advirtiendo sobre el inminente peligro para estas elecciones. Denuncias sobre los ríos de dinero ilegal que se veían en algunas campañas y señalamientos concretos sobre municipios altamente vulnerables para cometer fraudes fueron algunos de los campanazos de alerta. Una de las organizaciones más enfáticas en señalar y detectar las zonas de riesgo y la eventualidad de fraudes en regiones específicas fue la Misión de Observación Electoral (MOE). Sin embargo, a pesar de las advertencias hechas, a las pocas horas de terminadas las elecciones empezó a conocerse una avalancha de denuncias sobre irregularidades en diferentes lugares del país. Una de las zonas más críticas fue el Valle del Cauca.
Lo que pasó allí es tan grave que la semana pasada la MOE no dudó en calificar como "ilegítimos" los comicios en ese departamento. "Lo que ocurrió en el Valle fue una grosería. No puede haber más pruebas de que no hubo ninguna transparencia en las elecciones. Y no es algo que acabamos de descubrir. Ya sabíamos que iba a pasar, y los resultados electorales así lo comprueban", afirmó en una declaración pública Alejandra Barrios, directora de la MOE.
La financiación irregular de campañas, la incidencia en política de altos funcionarios públicos y la fuerte influencia de mafias relacionadas con el narcotráfico fueron algunos de los aspectos que de acuerdo con la MOE marcaron las elecciones en el Valle. Miembros de partidos como el PIN, con escasos tres meses de creado, obtuvieron altísimas y sospechosas votaciones, como es el caso de Juan Carlos Rizzetto, que se presentó por primera vez al Senado y salió elegido con más de 70.000 votos. En otros casos, políticos tradicionales que históricamente registraban buenas votaciones terminaron extrañamente "quemados", y sus votos en el Valle sensible e inexplicablemente disminuidos, como ocurrió con Luis Élmer Arenas, Jairo Clopatofsky y Santiago Castro. Otros, en cambio, como Dilian Francisca Toro o Roy Barreras, registraron vertiginosos aumentos en sus votaciones. Toro, que obtuvo la segunda votación más alta del país, pasó de conseguir 98.000 votos en las elecciones de 2006 a lograr más de 137.000 en estas votaciones. "Pregunte a cualquiera en el Valle y verá que desde hace muchos años yo hago mucho trabajo con la gente en los municipios. Mi votación es producto de un arduo trabajo. Yo no necesito comprar votos ni hacer trampa, y eso lo sabe todo el mundo en el Valle. Lo que pasa es que le gente es muy envidiosa y a los del Valle nos tiene estigmatizados, y los únicos votos buenos son los de la gente de Bogotá", dijo Toro a SEMANA para explicar su alta votación.
Estos, entre muchos otros hechos, produjeron el fuerte pronunciamiento de la MOE sobre la ilegalidad de los comicios en el Valle. A esa denuncia se sumaron decenas de declaraciones de protesta. "Los vallecaucanos eligieron a sus representantes, y la mafia electoral los reemplazó por sus voceros", afirmó a SEMANA el congresista Luis Élmer Arenas. Ese creciente inconformismo y las innumerables denuncias hicieron que el Consejo Nacional Electoral (CNE) decidiera trasladar los sufragios del Valle a Bogotá para realizar el escrutinio en la capital, con el fin de buscar transparencia y tratar de aclarar e investigar las serias dudas sobre lo que ocurrió en ese departamento. Y es que, sin duda, algo muy extraño e irregular pasó en esa zona del país. SEMANA tuvo acceso a algunos de los documentos de los casos más llamativos que están siendo estudiados con lupa por el CNE y las autoridades.
La feria de los votos
Uno de los primeros documentos oficiales para conocer el resultado de las votaciones en cada una de las mesas del país es el formulario E-14. En éste, al finalizar el conteo de los votos, los jurados de cada mesa dejan consignado exactamente cuántos sufragios tuvo cada candidato y deben sumar los votos totales de la mesa. Ese formulario con la firma de los seis jurados es enviado posteriormente a la Registraduría para que ésta, a su vez, expida un documento oficial, que es conocido como 'preconteo', en el cual aparecen los nombres de los candidatos y los votos que obtuvieron en cada mesa. Como sería obvio, se supone que los datos del E-14 deben ser exactamente iguales a los que están en el formulario de 'preconteo'. Ahí es donde empieza una serie de inconsistencias que hoy tienen en la picota pública a las elecciones del Valle.
Uno de los primeros ejemplos se observa en el formulario E-14 que llenaron los jurados de la mesa 4 del puesto 14 en Jamundí, Valle. En las casillas donde están los números de todos los candidatos a Senado por el Partido de la U no aparece registrado ningún voto. Sin embargo, llama la atención que en el espacio en donde debe aparecer la suma de los votos figuran misteriosamente 70 votos. No se explica de dónde salieron estos sufragios si de acuerdo a lo anotado nadie votó. No menos curioso es que en el formulario de 'preconteo' de esa misma mesa le aparecen de la nada 62 votos a Dilian Francisca Toro, del Partido de la U (ver documento).
Una situación similar a la anterior ocurrió en la mesa 1 del puesto 42 en Palmira. En el formulario E-14 firmado por los jurados no hay registrado ni un solo voto por alguno de los candidatos a Senado por el Partido de la U. No obstante, llama la atención que en el formulario de 'preconteo' de esa misma mesa de votación a Dilian Francisca Toro le aparecen 56 sufragios (ver documento).
En la mesa 6 del puesto de votación 1 del municipio de Cerrito las cifras tampoco coinciden. De acuerdo con el E-14, seis candidatos del Partido de la U obtuvieron un total de 20 votos divididos entre ellos. No obstante en la casilla asignada para anotar la totalidad de los sufragios la cifra que figura es de 54 votos, 34 más de los registrados en las casillas individuales. De acuerdo con los registros de esa mesa la senadora Toro, identificada con el número 002, no obtuvo ningún voto. Curiosamente en el formulario de 'preconteo' de esa mesa, en Cerritos a Toro le aparecen 34 votos (ver documento).
Muy parecida fue la situación que se registró en la mesa 2 del puesto 2 en Cartago. Allí los jurados registraron 12 votos repartidos entre cinco candidatos. Sin embargo, al momento de llenar la casilla de 'total votos candidatos', aparecen 78 sufragios, 66 más de los anotados en las casillas individuales. Nuevamente en esa mesa no se registraron votos por Toro. Pero de manera inexplicable en el formulario de 'preconteo' de esa mesa a la senadora le aparecen 38 sufragios.
Otro caso muy llamativo también ocurrió en ese municipio, pero en la mesa 4 del puesto de votación 2. De acuerdo con el registro del E-14 en ese lugar aparecen anotados 57 votos en diferentes casillas, 23 de los cuales correspondían al número 003 asignado al ex secuestrado Jorge Eduardo Géchem, del Partido de la U. La senadora Toro no figuraba con ningún voto. Extrañamente en el formulario de 'preconteo' a Toro le aparecen registrados 35. Misteriosamente Géchem "perdió" sus votos pues en ese segundo formulario no figura con un voto.
"No se puede hablar de fraude ni nada por el estilo. Yo no necesito hacer fraude. Yo tuve en promedio 40 votos por mesa, por eso resulta absurdo que aparezcan formularios en donde no tengo ni un voto. Una explicación posible para esos caso fue el desorden que hubo en la Registraduría. Lo otro es que en el reconteo se dieron cuenta de que me faltaban esos votos, y aparecieron. También puede ser que la trampa era para mí, y me quitaron votos y después aparecieron. Es posible que alguien de otro partido haya pedido hacer una reclamación, y al recontar se dieron cuenta de que me faltaban votos. Lo cierto es que aún falta el escrutinio final que está haciendo el Consejo Nacional Electoral. Yo estoy feliz que lo hagan en Bogotá para que se den cuenta de que todo lo mío fue transparente", dijo Toro a SEMANA.
Casos como los anteriores en donde aparecen votos de la nada o en donde se transfieren sufragios de un candidato a otro hay por miles. El de Toro es uno de los más llamativos y representativos por la frecuencia, pero no es el único en donde queda una extraña sensación. En la mesa 36 del municipio de Guacarí los jurados anotaron que la votación total había sido de 119 votos a favor del PIN, cuando en el formulario sólo aparece un voto por Carlos Arturo Quintero, de esa colectividad. No es claro de dónde salieron 118 votos en ese caso. Al comparar los formularios E-14 con los del 'preconteo', en el Valle se observan inconsistencias en las votaciones de varios de los partidos, incluido el Conservador y Liberal. No obstante, las más serias diferencias en los datos están en el Partido de la U.
La situación en las votaciones para Cámara en el Valle no es muy diferente y están llenas de inconsistencias. En la mesa 12 del puesto 1 en Tuluá, los jurados registraron un solo voto por la lista a la Cámara del Partido de la U. Pero al momento de anotar en la casilla de 'total votos partido', sorpresivamente aparecen 26 sufragios (ver documento).
Las serias diferencias que se observan entre los E-14 y los documentos del 'preconteo' son un claro indicador y dejan en evidencia gravísimas irregularidades. Estas motivaron a Arenas a convocar en las próximas semanas a un debate en el Senado sobre el tema. El congresista, tras efectuar su propia investigación, anunció que revelará pruebas sobre la expedición fraudulenta de cédulas, la forma como a varios candidatos les fueron "borrados" los votos y videos en donde se observa quema de sufragios, entre otras.
Lo que hasta ahora se conoce es sin lugar a dudas inquietante. Y es por ello que se hace urgente que el CNE y las autoridades competentes tomen cartas en el asunto para aclarar lo más rápido posible lo que pasó en el Valle, ya que de por medio está nada más y nada menos que la legitimidad del próximo Congreso.
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